Atención a las alarmas, pero examínalas con cuidado.
Muchas veces al tocar nos topamos con molestias en algún lugar del cuerpo. Sí, a todos nos sucede en algún momento, pero no es hora de dejar el instrumento, no pensemos que se acabó el sueño de tocar algo en nuestra vida, que el violonchelo no es lo mío o que es mejor que lo hagan los profesionales.
¡Olvidemos esas ideas negativas!, la depresión y la frustración suelen manifestarse de esa manera… Lo que debemos hacer es ocuparnos inteligentemente de ellas hasta que desaparezcan y para siempre.